¿Qué si he pensado en destetar...?!!



La realidad es que sí, he pensado muchas veces en destetar. Hoy, mientras disfrutamos de las celebraciones de la SEMANA INTERNACIONAL DE LA LACTANCIA MATERNA 2013, recordé cuantas veces ha pasado por mi cabeza el destete. La OMS recomienda dar pecho al menos los dos primeros años de edad, y los estudios antropológicos lanzan que es natural dar el pecho incluso hasta los 7 años (no se espanten, no es mi plan). Mi idea es que hasta que alguna de las dos partes lo decida.


Entonces me pregunto: ¿cuándo decidiremos que sea el final?, ¿cómo será?; Y si ya es tiempo, ¿el tiempo para quién?...No tengo respuestas, la verdad es que me pasa lo mismo que hace 6, 12, 24…meses, en los cuales me he dado cuenta que la lactancia en niños mayores tiene una chispa especial.


Nuestra relación es muy distinta ahora que ya dialogamos, “peleamos”,  tomamos decisiones cada una por nuestra cuenta, yo trabajo y ella juega…  el tiempo que pasamos juntas (que es prácticamente todo el tiempo) está lleno de risas, llantos, rabietas, impaciencia, respiraciones, empatía, armonía, abrazos y besos. Y al tener proyectos, trabajo, casa, escuela que atender, la verdad es que no he querido darme el tiempo de pensar en el destete de una forma seria y la lactancia resulta un tiempo ideal para ambas entre tanto merequetengue.


Entonces, ¿por qué pienso en destetar?


Acepto que es algo cansado, sigue tomando su tiempo, incluso puede llegar a ser  incómodo, por ejemplo cuando estás en una junta o ceremonia y un niño gigante te pide “titita”, con todas sus letras, y mucha gente te sigue viendo con cara de bicho raro (claro lo último y menos importante).



Hemos pautado ya algunos acuerdos entre ambas, no podemos tomar titita mientras yo estoy comiendo, cuando estamos en sus clases, cuando traigo ropa incómoda para lactar o cuando vamos a casa de la bisabuela. Eso sí, le explico que cuando terminamos de realizar la actividad en curso le voy a dar pecho y lo tengo que cumplir, eso le ha dado la tranquilidad y paciencia para esperar.


La realidad es que la lactancia, a los 32 meses de Valentina, nos sigue dando risas, amor, consuelo, empatía, calma, paz, y es una recarga de pilas para ambas en nuestra convivencia diaria. Yo sé que es natural que madre e hija tengan un vínculo, pero la lactancia nos da complicidad, una relación completamente especial, a la cual decido aun no renunciar, y ¿ella?... Ella es feliz con su titita.


He decidido respetarnos a ambas, esperar quién de las dos es la primera que decide terminar con la lactancia. Si soy yo he pensado hacer algo especial, pasar tiempo juntas, realizar rituales y finalizar el ciclo de la misma forma que comenzó, de una forma mágica. Y si es ella, sólo dejaré que fluya.



¡¡¡Gracias Valentina por ésta relación mística y única!!!

Y hemos dejado el pañal...



Creo que ella estaba más lista que yo, pues al momento de retirarlo todo fluyo. Me quedé admirada, después de haber leído historias terroríficas al respecto pensé que sería difícil, que iba a necesitar tener más paciencia y extremo cuidado con mis palabras, temía crearle traumas o imponerle algo a lo que aún no estaba lista, fue por eso que decidí esperar a sentirla completamente lista, sentir que podíamos hablar de alguna forma, ser capaces de entender y dialogar al respecto…

Y así fue, un día que estaba encueradita esperando tomar un baño me dijo que quería hacer pipí, pregunte si quería ir al baño y dijo que sí, la tome, la senté y… “pshhhhhhh”, salió, las dos reímos y festejamos como si hubiéramos logrado algo que ambas queríamos y esperábamos… a partir de ahí solo sucedió!, no hubo método, no hubo limpieza constante del piso, no hubo presiones, no hubo llanto, solo se dió, mi niña ya usaba calzón.

Por eso, quiero compartir la serie de circunstancias que creo ayudaron a que ésto fuera tan sencillo.

Uso de pañal de tela. Lo digo constantemente en los talleres, pero ésta vez lo viví en carne propia. Mi idea siempre fue dejarla sin calzón y que ella sintiera la pipí para poder reconocer cuando quería hacerla, bueno pues esto no fue necesario; yo creo que sentía cuando se mojaba el pañal y ya sabía reconocer la señal del cerebro que le mandaba decir que ya venía la pipí.

Paciencia (y un poco de avión). Mucha gente tiene prisa de los procesos de maduración en nuestros hijos, que si ya gatea porque fulanito gateo a tal edad, que si ya camina, que si ya dejo el pecho, que si son grandes para seguir cargados, que si ya tiene edad de dejar el pañal pues sus hijos lo dejaron al año y cachito. A veces dan ganas de decirles: a ver, ni usted limpia sus cosas, ni lava sus pañales, ni cría por supuesto a mi hijo, pues usted ya crio los suyos, entonces, qué %$%$# le importa!!!...o por qué la prisa???... Pero siendo una persona respetuosa =P… creo que lo mejor es darles el avión y confiar en nuestras decisiones, teniendo paciencia a que las cosas simplemente sucedan.

Edad. Hay que tener bien claro que a nivel cerebro los bebés están listos para dejar el pañal entre los 2 y 4 años, no sé en qué momento se volvió entre 1 y 2 años; si llegabas a los 2 años y no se lo habías quitado estaba mal =S. Creo que fue y es por el ingreso temprano a las escuelas, lo bueno es que nosotras no vamos a una =P

Comunicación. Escuchar, lenguaje corporal, confianza en ellos y sus señales, entusiasmo.

Amor y respeto. Actuar con naturalidad, con amor, y sobre todo con RESPETO, es algo que un niño percibe y que permite que él sea más seguro de sí mismo y tome sus decisiones de una mejor manera. Cambiar gritos y regaños por comunicación y entendimiento, evitando los castigos (para mí, también los premios) y sin hacerles caras. Es algo que tiene que ser a NUESTRO modo, en lugar de a MI modo.
*Quiero recalcar que tengo la fiel creencia que cada niño tiene sus propios tiempos y formas.


Alguien cercano ha dejado el pañal. Precede a éste acontecimiento que una amiga de Valentina de la comunidad a la que asistimos diariamente dejó el pañal y varias veces la acompañaba al baño, aunque sea a chismear, poco a poco se fue enterando del asunto.


Valentina tiene ahora 2 años y medio, estamos casi cumpliendo una semana de haber dejado el pañal, no tuvimos que resguardarnos en casa más que por “un solo día”, (entre comillas pues salimos a hacer unas cosas), no sé si ocurrirán futuros accidentes, no sé qué pase en un futuro más lejano, pero la veo como si toda la vida hubiera sabido para que servía el pañal, el baño, y controlando sus esfínteres de una forma tan natural…


Y de ésta forma celebro queee….Ya no lavaré pañales! Wiiiiiiii!... No había notado ésta ventaja hasta que lo empecé a vivir =),  beneficio secundario, pero que aliviane!

Ayudando a cargar, fortaleciendo vínculos


Ésta vez les compartiré un aporte realizado por una gran amiga, Lorena Barquín.

Ella describe lo que hemos estado realizando en el CRIT Puebla acerca de porteo y niños con alguna discapacidad. En lo personal me ha dejado mucho ésta experiencia y me siento muy agradecida con Lorena y todas las familias por ésta oportunidad, y bueno, continuamos solicitando donativos pues quisieramos seguir apoyando y sigue habiendo necesidades. Muchas Gracias a todos los que han coolaborado.


Enseñando a usar el fular


Ayudando a cargar, fortaleciendo vínculos.
Asesoría y donativo de portabebés en CRIT Puebla
Lorena Barquín, mamá y amante de la crianza positiva


El pasado 11 de octubre, mi amiga Ana Laura y yo tuvimos la oportunidad de asesorar en porteo y hacer entrega de 14 portabebés (fulares, rebozos y meitais) a padres de niños con discapacidad del CRIT Puebla. La idea surgió en uno de tantos ratos esperando para entrar a las terapias de mi hija Ana, mientras observaba a tantos padres y madres cargando a sus hijos por tiempos prolongados y con pocos recursos. Cada caso diferente: unos con tono muscular muy bajo, otros muy alto; algunos con aparatos en piernas o brazos, otros con dificultades para sostener la cabeza, con movimientos involuntario o diferentes tipos de síndromes, por mencionar algunos ejemplos. Casos diferentes pero con mucho en común: todos son niños con padres o madres que los aman y hacen lo que pueden por darles una mejor calidad de vida, llevándolos en brazos de aquí para allá.

Entonces me puse a analizar cómo lo hacían y encontré de todo. Desde los que los llevan en brazos independientemente del tamaño y peso del niño, hasta rebozos, cangureras y amarres de telas adaptados a la condición (la mayoría con características muy poco ergonómicas). Y pensé que sus vidas deben estar llenas de largos trayectos con sus hijos en brazos y que seguramente es muy cansado. Pensé que ayudarles a cargar a sus hijos de manera correcta y sana, tanto para el niño como para la madre o padre, sería una gran ayuda, y no me equivoqué.

En cuanto le comenté la idea a Ana Laura me apoyó ilusionada y lanzamos la convocatoria sin saber qué respuesta podríamos tener. Fue suficiente con que se acercara una mamá interesada para que las demás se animaran también. En esa primera sesión se dieron alrededor de 25 asesorías personalizadas y se levantó el primer pedido. Después de buscar donativos por todos lados, conseguimos entregar fulares y meitais de los cuales los padres únicamente pagaron el 20% de su costo real.

Mamá porteando a su nena ya dormida ;)
El día de la entrega se confirmaron dos cosas, lo esperado y lo sospechado. Lo esperado fue que las madres y padres estaban felices de encontrar un recurso para poder cargar a sus hijos  de manera segura y mucho más cómoda para ambos.  No faltaban las exclamaciones de sorpresa y gusto al sentir el peso más llevadero y sin molestias en hombros y espalda, además de alegrarse de tener ambas manos libres para cargar la pañalera o para poder sostenerse en el transporte público.

Lo sospechado eran las sonrisas de las madres al sentir a sus hijos tan cerquita del pecho, al verlos acurrucarse y quedarse dormidos, al percibir el gusto que les daba sentirse contenidos cerca de mamá o papá. La vida con una discapacidad es dura, cansada, lenta y dolorosa; tener la oportunidad de ofrecerles un recurso que les ayude a estar cerca, a encontrarse y fortalecer el vínculo en el contacto del día a día, ha sido sumamente gratificante para nosotras. 

Muchas gracias a todos los que de una u otra manera nos han ayudado con este proyecto. Gracias a cada donante, a los que donaron en efectivo o en especie, muchas gracias.

Y no quiero terminar sin decir que el proyecto no se ha terminado. El día que entregamos los portabebés se acercaron más padres interesados por lo que tenemos una nueva lista de solicitudes, así que los donativos siguen siendo bienvenidos y muy necesarios.



Sigo celebrando la crianza en brazos...

Jardín japones. Argentina

Estuve a punto de perderme la oportunidad de compartir mi experiencia este año en la SEMANA INTERNACIONAL DE LA CRIANZA EN BRAZOS... he estado en tantas cosas, viendo lo que escriben, compartiendo en la fan page, recordando el inicio de mi experiencia, disfrutando de las fotografías que veo en las redes...que no lo sentía necesario... pero en eso me vino a la mente: qué diferente es el porteo según la edad de nuestro hijo!!! es por eso que quiero compartirles mis nuevas aportaciones a ésta maravillosa manera de criar a nuestros bebés...

Éste año fue muy importante para nosotras. Hemos adquirido cierta experiencia en el porteo, la hemos compartido con muchas familias, hemos sido testigos de variedad de reacciones, acciones y emociones, hemos aprendido de cada una de las personas que se han probado un portabebé a nuestro alrededor, pero sobretodo, hemos atravesado etapas cruciales en el desarrollo de mi hija Valentina.

Éste año Valentina comenzó a caminar, a sus 11 meses lo único que ella deseaba era explorar el mundo en dos puntos, por supuesto, llego un momento donde NO quería ser cargada, siempre he respetado sus desiciones, la verdad es que yo sentía feo, vendiendo rebozos y mi hija ya no quería estar cerquita de mamá =(, la respete, y esa etapa paso rápidamente, ya que cada vez caminaba con mas seguridad, exploraba mas y se cansaba mas, nuevamente necesitaba de mis brazos (yeiii)...notaba que cuando estaba cansada era una lucha con si misma, ella quería seguir jugando, pero su cuerpo necesitaba reposo así que comenzabamos con arrullos, chichi, mecerla y nada, la solución nuevamente: el fular.
Mi cara no es la mejor, pero voy disfrutando
del paseo mientras bebé duerme

También éste años decidimos realizar un viaje largo. Uy! cuánta gente opino al respecto: estas loca como viajar con tu hija de esa edad! (1 año 4 meses), no podrás conocer nada!, no se adaptan por que son muy pequeños!, será un viaje muy pesado!, el tema de la comida es muy complicado!. A mi mamá también le tocaron, pues viajamos las 3 de mochila a Chile y Argentina. Creo que fue un viaje excelente, y ésto se lo adjudico a 4 cosas: la compañía (3 generaciones viajando juntas), a los portabebés (1 mei tai, 1 rebozo, 1 fular, y 0 carreolas), al pecho (bendito pecho!) y a los lugares que visitamos. Conocimos de todo, saliamos a paseos largos, tomamos tours, aviones, transporte público, caminata, en frío, en calor, etc... Valentina podía descansar, comer, dormir y estar cerca de mamá, cuando y donde ella quería... claro, la paso excelente, pues continuo satisfaciendo sus necesidades al instante.

Entre otras cosas, Valentina aprendió a decir "abajo", dice algo así como "agua", pero sé que signfica "abajo", es encantador, cuando comenzó a hablar ella misma comenzó a decidir cuando estar arriba del portabebé o abajo. Entonces lo utilizamos para distintas situaciones como, cuando se ha quedado dormida y es necesario bajarla del auto, cuando damos paseos cortos, cuando quiere estar sube y baja, cuando quiere "titita" y yo me encuentro parada, o en paseos muy largos usamos rebozo rígido a la espalda, ella misma me acompaña cantando una canción de canguros y va feliz.

Y ahora Valentina esta por cumplir dos años. El contenerla en ésta etapa para las dos ha sido muy importante. Ahora quiere ser muy independiente, por lo mismo hay momentos donde sé que no la pasa bien, creo que tiene sentimientos encontrados, ella quiere hacerlo todo sola, pero también sólo quiere estar en mis brazos. Si no supiera por lo que está pasando diría que se regreso a otra etapa pero le sumo los famosos berrinches, o de plano que está loquita, pero no, sé que es normal, así que ahora mi rebozo es de gran utilidad,  pues ella pesa 11 kilos y ya es muy grande y aún así mantenemos el abrazo cada que lo desea.

Ésta vez mi celebración es diferente, y creo que la crianza en brazos no beneficia únicamente a nuestros hijos, a mi me ha ayudado a estar tranquila en todas estas etapas y a disfrutarlas mas, pues esos momentos que estamos tan cerca de ellos nos transforman la vida.

CELEBRANDO LA CRIANZA EN BRAZOS

En Octubre viene la SEMANA INTERNACIONAL DEL PORTEO, desde el nacimiento de Valentina que me ha entusiasmado festejarla (éste es nuestro segundo año). 

Soy una mamá maravillada con la crianza en brazos, no sólo por lo que he vivido con ella, si no por que he tenido la fortuna de compartir este tipo de crianza con algunas otras mamás. 

Sigo quedando con una gran satisfacción al ver salir a los papás (y familiares) después de su visita a "Bebé feliz como lombriz". Ellos llegan a escoger algo que los ayudará a cargar a sus hijos, muchos no saben ni como se llama el cargador, pero se los han recomendado o han escuchado acerca de ellos, entran, pregunto cómo es que han llegado aquí, nos conocemos un poco, les enseño lo que es un fular, me ven con cara extrañada (puedo interpretar que piensan "¿crees que aprendere a ponerme eso?", o " Yo pensé que era algo diferente", o "eso no es para mí"), muchas veces en lo que tardamos platicando (siempre tardamos más de lo que ambas partes creemos), su bebé comienza a inquietarse o sobrestimularse debido al nuevo lugar, nuevas voces, nuevas caras y claro la fluctuación de emociones que deben sentir sus padres con toda la información que no conocían. Luego llega el momento, les propongo enseñarles y que lo intenten con su hijo... ha habido inumerable cantidad de reacciones, las que prefieren que cargue el marido, las que prefieren que yo lo cargue, o las que muy entusiasmadas se levantan para aprender... y para no hacer el cuanto mas largo colocamos al bebé cerca de su mamá (o cuidador), después del lapso de adaptación, que normalmente es muy corto, (y tomando en cuenta que el bebé estaba ya muy inquieto) los miro, los dos están felices, plenos, el bebé ha dejado de llorar y muchas veces hasta se duerme, escogen cuál será su siguiente prenda favorita durante un largo tiempo y se van...

Yo me quedo, normalmente recogiendo todo lo que tiramos durante la práctica, y me quedo completamente satisfecha, he compartido ya con muchas personas estas sensaciones, pero nunca las había escrito. 

Me hace realmente feliz el hecho de poder ser testiga del inicio de una nueva relación entre esos padres con su hijo, porque SI, la crianza en brazos y con ayuda de un cargador es una maravilla!!!, muchos de ellos tal vez ni sepan lo que está por suceder, pero eso, que parece tan pequeñito, es una gran acción, es un gran apoyo en la familia, es un parteaguas y es algo digno de disfrutarse. 

Mamá confiará mas en su instinto, podrá realizar sus actividades mientras se encuentra cerquita de bebé, papá se sentirá super poderoso al traer cargado a su hijo, y el bebé,  que ya está satisfaciendo las necesidades propias de su edad, podrá disfrutar de la vinculación con sus padres... 

Es por ésto que comparto con ustedes este evento con gran alegría y... preparémonos para celebrar!!!

Día mundial del sueño feliz

Sueño feliz, y un bebé feliz como lombriz...

Creo que COmpartir el lecho con mi crío es lo natural
Creo en el colecho como promotor de la vinculación, creo en el colecho como motor para seguir nuestros instintos, creo en el colecho como alimento sano para nuestra díada

¿Por qué compartir sólo el día con mi hija si también puedo compartir la noche?  
Amo despertar a su lado es el mejor comienzo que puedo darle a mi día y yo sé que también al suyo

Lo último que veo al acostarme a dormir y cerrar mis ojos...
Lo que constantemente en sueños me hace sonreir...
Lo primero que siento al estirarme al despertar...
ERES TÚ, mi bebé con la que comparto el lecho al dormir

Todo ésto no me lo dice un libro, no me lo dice un señor, ni un doctor, me lo dice mi alma...

La veo dormir tranquila, llena de paz, llena de vida, no podría escucharla llorar para conciliar el sueño, simplemente va contra de mí, de nosotras, de nuestra naturaleza

El sueño es algo natural, no hay entrenamiento que justifique su enseñanza
YO le digo NO al conductismo y SI a mi instinto... y TU?



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18 meses


Que rápido pasa el tiempo mientras te veo crecer, ¡cómo se marca cada etapa con cosas tan características!, lo que ahora me tiene fascinada son tus formas de expresarte…

Has adquirido nuevas formas de comunicación, un nuevo lenguaje, una sola palabra tiene varios significados, tu forma verbal es más parecida al idioma chino que al español; haces sonidos peculiares, usas onomatopeyas en la mayoría de los casos y lo increíble es que logras comunicar todo lo que quieres.

Has aprendido, entre otras cosas, a decir que SI y que NO, no solo con tu cuerpo, también con tu voz. Me es tan contradictorio lo que a veces siento al escuchar esta simple palabra que emana de tu dulce voz: NO, traduzco su significado como parte de tu autonomía, estoy feliz de que eres una personita sana, de que ahora tomas decisiones de una manera más firme, pero también siento que estas dejando de ser bebé.

"yo solita"
En esta etapa comienzas a querer hacer las cosas por ti sola, como vestirte, ponerte los zapatos, limpiar, comer. No te voy a negar que hay veces que me causa conflicto el verte ensuciarte de una manera descontrolada al solo comer tu plato de sopa, conflicto que nace de mis propias creencias, creencias que a veces intento cambiar desde mi lado mas consciente para no confundirte, pero me encanta observarte, tan segura, tomar tu cuchara y llevarte la sopa a la boca, dejar tu cuchara y tomar tu vaso de agua con ambas manos y continuar comiendo, me llena de paciencia el simple hecho de ver cómo vas mejorando la técnica que tu sola has aprendido. Tu lugar termina con media sopa chorreada, con el vaso de agua sucio y uno que otro pedazo de comida en el suelo.

A partir de esta etapa he tenido que tomar algunas decisiones que te quiero compartir.

La primera es escucharte, escuchar lo que me dices con tu nuevo lenguaje e intentar comprenderlo desde tu punto de vista, desde la nueva etapa que estás viviendo, ponerme en  tus zapatos. EMPATIA

La segunda es respetar tu NO, así entenderemos que esta palabra tiene un significado y le darás un valor, te enseñaré a decir que no, así también espero que aprendas a respetar mi NO y podamos llegar a acuerdos mutuos, SI, desde esta edad crearemos acuerdos, ¿qué te parece?

La tercera será explicarte el porqué de mi NO (aunque tenga que hacerlo varias veces), encontrar el momento adecuado, comprenderte si te enfadas y atender a tus reacciones, nuestra primicia será: paciencia, comprensión, amor y comunicación.

Y por último, y no por eso menos importante, comprendo que si tú lo dices, si usas en exceso la palabra NO y casi de manera automática,  no lo haces por molestar, es solo una etapa más en que te voy a acompañar y disfrutar.

Quiero ser tu guía en el camino, y no por ser tu madre quisiera criarte con autoridad ni imposición, ante todo nuestra bandera es el respeto.

Ahora veo que la mejor forma de enseñarte es con el ejemplo, logro ver resultados de forma inmediata. Confirmo y vuelvo a reafirmar lo innecesarios que son los regaños, los gritos, el uso de malas palabras y el abuso de autoridad, lo único que se necesita es HACER LO QUE QUIERO QUE APRENDAS, cada cosa que haga en el día, cada acción, cada reacción, etc. Que responsabilidad tan interesante, ¿no te parece?... y te voy a poner un ejemplo, si yo quiero que aprendas a levantar tus juguetes, pues primero tendré que levantar mis cosas como parte de mi rutina, y luego ayudarte a levantar tus juguetes, platicándote por que lo hago, tal vez cantando también una canción y hacerlo divertido, así poco a poco lo aprenderás y disfrutarás como parte de nuestra rutina juntas.

Mi chiquita hermosa, te estoy viendo crecer, te disfruto en cada etapa, tan diferente, te admiro y como siempre te agradezco por ayudarme a conocerme mejor a mi misma y a hacerme más consciente de mis acciones del día a día.